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Cómo tener mejores conversaciones

  • 19-08-2021 18:27:39
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La conversación es un espacio de construcción con el otro o con nosotros mismos. A través de una conversación podemos dar vida a una nueva posibilidad que antes de hablar no estaba presente.

Al momento de tener una conversación nos resulta de utilidad distinguir a qué ámbito de nuestra vida corresponde ésta (familiar, laboral, salud etc.) Esto nos permite enfocar el dominio al cual pertenece la conversación y de esta manera ser más efectivos en nuestra observación.

Cada persona es un observador diferente, con sus propios pensamientos, emociones, corporalidad y energía determinada. Todo ello constituye nuestro lenguaje. 
Es clave, realizarnos la siguiente pregunta al abordar una conversación: ¿cuál es mi lenguaje al momento previo a conversar? ¿Esos pensamientos, emociones, corporalidad y energía me acercan al resultado que quiero tener en la conversación?
Si este lenguaje no te habilita ¿qué otro lenguaje te acerca más a lo que quieres? ¿cómo podrías transformar tus pensamientos, emocionalidad, corporalidad, energía?
También tendremos consideración por el lenguaje de la persona con la que conversamos: sus gestos, respiración, corporalidad, energía. Todo ello nos da información acerca de las posibilidades que tenemos para conversar. Asimismo, identificar su sistema representacional nos servirá: visual, auditivo, kinestésico.

Otro aspecto importante al momento de conversar es chequear el contexto en el que tendremos este encuentro:
¿Es adecuado al ambiente en el que tendremos la conversación? Ruidos, luz, temperatura, aroma, privacidad, etc. Son todos aspectos importantes que tendrán impacto en la manera en que transcurrirá la conversación y en los resultados de ésta.

Cuando la conversación es pública, es decir con otro, nos servirá tener presente si el fin es coordinar acciones con otro, o bien diseñar una conversación a futuro.
Importantísimo, recordar que la escucha (oir + interpretar) tiene que ver con nuestra interpretación y con la interpretación de quien escucha. Por ello, es clave chequear y re-chequear lo que escucha el otro y lo que escuchamos nosotros. La postura y la emocionalidadnos asistirán para centrarnos y estar presentes en la escucha.

A modo de resumen, considerar:
• Para qué converso, qué quiero que pase en la conversación
• Observar mi contexto interno
• Generar el contexto externo para la conversación
• Enfocar en los hechos. Distinguirlos de las opiniones
• No hacer suposiciones
• No tomarlo personal
• No arrastrar las conversaciones pendientes
• Evitar las generalizaciones como “nunca”, “siempre”, “todos”
• Ser conscientes de lo que generan nuestras palabras. 


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Emma

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